lunes, 26 de enero de 2015

"La teoría del todo" lo quiso ser todo desde el principio. Para mí, sin embargo, fue un proyecto frustrado. No hablo de ninguna fórmula matemática. Tranquilos. No es preciso que rebusquéis en libros ni manuales tampoco. Me refiero a la última película de James Marsh. Esa que versa sobre la vida de Stephen Hawking y nos obliga casi a acudir a la sala del cine a verla para 'culturizarnos' y poder comentar con nuestros amigos lo divertida (sí, claro...) que es la física. Yo opté por la opción barata, pero el caso es que quedó archivada igualmente.

Cuando un tráiler nos emociona, la confianza que depositamos en un filme es tanta que la caída puede ser estrepitosa si la misma nos decepciona. Algo así me pasó con ésta. Y es que todo no se puede. Me quiero dirigir a los creadores de tráilers o como yo los suelo llamar, 'fabricantes de sueños'. El de "La teoría del todo" es brillante. ¡Os lo habéis currado, máquinas! Precisamente porque cumple la única función que tiene un teaser, el de que el espectador vea la película. Al menos conmigo lo consiguió. Igual que lo hizo con todos esos 'moñas' que twittean de lo mucho que les ha gustado cada una de las escenas hasta copar mi timeline. Spamear es gratis, amigos. A vosotros os doy las gracias. Habéis conseguido que la vea.


Eddie Redmayne en el papel de Stephen Hawking

Tratándose de la vida de Stephen Hawking esperas una historia atrayente y emocionante, una gran interpretación por parte del protagonista y la sensación de un final redondo de esos que gustan más que a un tonto un lápiz. Un versátil Eddie Redmayne (al que muchos conocerán de "Los miserables") hace de un muy creíble físico teórico británico cuya vida se ve truncada por una gravísima enfermedad degenerativa. Hasta ahí, bien.

Pero todo no se puede. Es la típica película, en mi opinión, que hacen para darle a alguien un Oscar. Y ese alguien va a ser, seguramente, Eddie. Algo que sinceramente me parece desempaquetar una bobina de cine para posteriormente tirarla a la basura. Por ser una biografía no tiene que ser un éxito asegurado. Están muy equivocados. Sin embargo, lo que hace el chico tiene su premio. Sus movimientos de manos y piernas, sus gestos, su habla y las situaciones a las que se enfrenta configuran una actuación que merece reconocimiento.

El peculiar sistema del que se sirve Hawking para comunicarse cuando pierde el habla

Pero todo no se puede. Lejos de ser empalagosa, ya que la película se configuró a partir de los diarios de su primera mujer, es cruda y dura como la vida misma. Absténganse románticos. Seguro que no es digna de su paladar.

Después de verla, sigo con la impresión de seguir esperando algo más. ¿Lo mejor? Quizás los tiernos paisajes de las ciudades británicas de Oxford y Cambridge, en las que se crió esta leyenda. Aunque confieso, haciendo un inciso, que en cualquier película estos dos mágicos lugares consiguen abstraerme de prácticamente cualquier argumento.

De una historia de la que podían haber explotado el todo, parece que se han dejado algo en el tintero. Ya saben, si quieren saber algo de la vida de Hawking, no vayan al cine. Acudan a la biblioteca o en todo caso, lean Wikipedia (si está lloviendo y no les apetece salir de casa) ¿Qué se le va a hacer? Todo no puede ser. 
ESCRITO POR Ana Vázquez

Eterna becaria que busca aprender todo eso que no pueden enseñar en las redacciones. Velocidad como modo de vida.

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